[Episcopal News Service – Linthicum Heights, Maryland] El Comité Permanente Conjunto de Programa, Presupuesto y Finanzas de la Iglesia Episcopal o PB&F (por su sigla en inglés) ha comenzado su tarea después de muchos meses de trabajo que dará lugar al presupuesto 2019-21 que se le propondrá a la 79ª. Convención General en julio de 2018.
Los miembros de la PB&F pasaron la mayor parte de su reunión del 21 al 23 de octubre en el Centro de Conferencias del Instituto Marítimo haciendo un curso intensivo sobre las finanzas de la Iglesia, la configuración actual del “borrador de trabajo del presupuesto” diseñado por el Consejo Ejecutivo y las dificultades a que tanto el Consejo como el comité se enfrentan para producir un presupuesto balanceado, tal como lo exigen los Cánones, para someterlo a la consideración de la Convención.
Hay un déficit de $8 millones en el anteproyecto actual, le dijo al PB&F la Rda. Mally Lloyd, miembro del Comité Permanente Conjunto de Finanzas para la Misión del Consejo o FFM (por su sigla en inglés). La diferencia entre los ingresos que se esperaban y los gastos solicitados por el personal denominacional y los comités permanentes conjuntos del Consejo llegó a sobrepasar los $12 millones cuando el FFM inició su labor en la reunión del Consejo del 18 al 21 de octubre.
La versión del anteproyecto o borrador de trabajo del presupuesto del Comité Ejecutivo que el PB&F estudió durante su reunión dista mucho, pero mucho, de ser final.
“No es el presupuesto que recibiremos en febrero y no es el presupuesto que propondremos en julio”, advirtió Steve Lane, obispo de la Diócesis de Maine y vicepresidente del PB&F. “No habrá presupuesto hasta que la Convención General decida”.
El Comité [del Consejo] de Finanzas para la Misión elabora un anteproyecto del presupuesto para que todo el Consejo lo apruebe y lo remita al PB&F, al cual la Convención General encarga de la elaboración de un proyecto presupuestario más terminado para proponérselo a los obispos y diputados. Ese traspaso del anteproyecto del presupuesto debe tener lugar a principios de febrero de 2018.
Lloyd, que también es miembro del PB&F, le dijo al comité el 22 de octubre que el objetivo del Consejo es producir un anteproyecto balanceado del presupuesto, pero, advirtió, el Consejo no está obligado a hacerlo. Lloyd dijo que ella y Tess Judge, presidente del FFM, confían en que puedan “tenerlo bajo control y balancearlo”.
“Pero puede haber algún perjuicio al hacer eso”, explicó ella, añadiendo que “hay tantas cosas buenas pasando en ese ministerio que cualquier cosa que salga va a ser realmente de primera calidad”.
Tanto el obispo primado Michael Curry como la presidente de la Cámara de Diputados, la Rda. Gay Clark Jennings durante la sesión de apertura en la noche del 21 de octubre le agradeció de antemano al comité su disposición a, en palabras de Jennings, “lidiar con el presupuesto que tiene grandes sueños y recursos limitados, y el cual convenimos en confiar unos de otros más de lo que tal vez hemos hecho en muchas décadas”.
Jennings dijo que el comité se enfrenta a interrogantes respecto a si “nuestra modesta expectativa de aumento de ingresos [podrá] ser capaz de financiar nuestra esperanza cada vez mayor de una misión y un ministerio a través de toda la Iglesia y más allá” y lo que costará “en otras áreas del ministerio seguir lo que creemos que Dios está llamando a que la Iglesia Episcopal haga en el mundo actual”.
Curry situó la labor presupuestaria del comité en un contexto aun más vasto. El mundo, dijo él, está sometido a “cambios profundos”, [en el terreno] religioso, cultural y político.
“Hay muchísimo en juego y la Iglesia episcopal en este contexto es importante, significativamente importante”, dijo Curry.
“Yo no estaría aquí si no creyera que la Iglesia Episcopal tiene un testimonio, tiene un papel y un mensaje que refleja al Jesús de Nazaret que bien puede adecuarse a estos tiempos”, afirmó el Obispo Primado.
Él le dijo al comité que “seguir el camino de Jesús tan bien como podamos discernirlo —para nuestro tiempo, para nuestra Iglesia, en nuestro contexto cultural— es la manera en que la Iglesia Episcopal da su testimonio, deja su huella y es realmente importante”.
El PB&F debe esforzarse, dijo Curry, en diseñar un presupuesto que “se parezca al movimiento de Jesús a través de la Iglesia Episcopal en nuestro mundo”.
Curry le pidió al comité que honre la promesa de la Escritura de que si un grupo de personas pone a Cristo en su centro, podrán discernir el llamado de Dios.
“Hermanos y hermanas, si hacemos eso, eso le enviará una señal a esta Iglesia que tendrá un efecto de onda a través de toda la Iglesia y, a través de la Iglesia, al mundo”, afirmó.
Curry luego invitó a los miembros del PB&F a “trabajar” recitando la letra del himno escrito por Jane Laurie Borthwick, con quien Jennings está emparentada.
Elaborar el presupuesto
Los presupuestos trienales de la Iglesia Episcopal se financian fundamentalmente a partir de las promesas de las 109 diócesis y tres zonas regionales de la Iglesia. La contribución anual de cada año en el presupuesto trienal se basa en el ingreso de una diócesis dos años antes, menos $150.000. Para el presupuesto 2016-18, a las diócesis se les pidió que contribuyeran con un 18 por ciento en 2016, un 16,5 por ciento en 2017 y un 15 por ciento en 2018.
Los compromisos diocesanos de 2016 y 2017 se encuentran aquí.
No todas las diócesis pagan la solicitud completa por una variedad de razones. Cincuenta y seis diócesis se han comprometido a pagar la totalidad del 16,5 por ciento o más en 2017. Otras 22 se han comprometido a pagar entre el 12 y 15 por ciento.
En la reunión de 2015 de la Convención General, los obispos y diputados convirtieron el actual sistema voluntario de solicitud presupuestaria diocesana en obligatorio, a partir del ciclo presupuestario 2019-21, el cual entra en vigor el 1 de enero de 2019. Sin una dispensa, una diócesis que no pague la tasación en su totalidad no tendrá derecho a obtener subvenciones o préstamos de la Sociedad Misionera Nacional y Extranjera.
(La Domestic and Foreign Missionary Society (DFMS) es el nombre legal y canónico con el cual la Iglesia Episcopal está incorporada, funciona empresarialmente y lleva a cabo la misión).
Jennings dijo que el Comité de Revisión de Evaluaciones, que procesará las solicitudes de dispensa, y todos los que participan en el proceso del presupuesto han prometido tener “gran compasión y empatía por esos casos que se encuentran en apuros”.
“Pero también sabemos que existe toda una gama de interpretaciones respecto a lo que significa encontrarse en apuros”, agregó.
La versión actual del presupuesto 2019-21 se basa en ingresos previstos de $128,7 millones, que incluyen $86,7 millones en contribuciones obligatorias del 15 por ciento del ingreso anual de las diócesis. El total de las tasaciones diocesanas también asume un 0.5 por ciento de crecimiento en los ingresos operativos anuales de las diócesis.
Sin embargo, el anteproyecto actual anticipa que algunas diócesis obtendrán una dispensa total o parcial, hasta un “máximo posible” de $6,8 millones, según Lloyd. Por consiguiente, la probable contribución diocesana se fijará en $79,9 millones. Cada 1 por ciento de la contribución diocesana equivale aproximadamente a $5,8 millones, dijo ella.
Jennings hizo notar que la solicitud anual de las diócesis se fijó en 21 por ciento hace cinco años. Ella dijo que el ingreso previsto para [el trienio] 2019-21 se basa en parte en el supuesto de que las diócesis que han estado pagando más que eso reducirán su contribución al 15 por ciento.
Las diócesis que pagan menos del 15 por ciento, “¿han pasado los últimos tres años preparándose para hacer este compromiso con nuestra misión y vida en común?” Preguntó Jennings, “El tiempo lo dirá”.
Lane dijo que cuando la solicitud, entonces voluntaria, era del 21 por ciento, el porcentaje promedio de las contribuciones reales era de 12,3 por ciento. Un diálogo de varios años dio lugar a “un amplio acuerdo a través de la Iglesia de que el 15 por ciento es un objetivo razonable”, afirmó. El patrón de contribución diocesana para el trienio 2016-18 muestra que muchas de las diócesis que contribuían menos se están acercando al 15 por ciento, puntualizó Lane.
“Hay todavía unas cuantas diócesis que no van a llegar al 15 por ciento, pero muchas de ellas se están esforzando por lograrlo de buena fe”, añadió.
Jennings dijo que para que el PB&F “haga proyecciones sólidas respecto a los ingresos en este presupuesto, ustedes tienen que decidir si confiamos los unos en los otros para mantener el compromiso que hicimos en la última Convención General”.
La presidente del PB&F, Barbara Miles, dijo que ella espera que los miembros del comité “considerarán esto como un ministerio y no simplemente como un trabajo”.
“Nuestra tarea es escuchar y ser amables. No intente discutir con ellos. Sencillamente escúchelos. Luego, intentaremos hacer el trabajo del presupuesto aquí”, recalcó ella.
Al tiempo de concluir la reunión el 23 de octubre, Miles y Lane les pidieron a los miembros del PB&F que resumieran sus objetivos para el proceso.
El obispo William Stokes (“Chip”) de la Diócesis de Nueva Jersey hizo notar que los comités del presupuesto con frecuencia incurren en banalidades” movidos por la necesidad.
“Pero yo estoy comprometido con un presupuesto basado en Jesucristo que no acepta un relato de decadencia para la Iglesia, que está motivado por nuestro compromiso con la misión y el ministerio de Jesucristo, la misión y el ministerio de reconciliación que el mundo necesita desesperadamente”, dijo él.
Los miembros del comité asintieron con la cabeza mientras él añadía: “Espero que todas las decisiones, todo lo que miremos, esté motivado por ese interés”.
He aquí los próximos pasos en el proceso del presupuesto
- El Comité de Finanzas para la Misión (FFM por su sigla en inglés) dará a conocer su anteproyecto [o borrador de trabajo] a la Iglesia junto con un texto que explique sus supuestos y elaboración a mediados de noviembre con vistas a recibir comentarios. Probablemente aparecerá en el sitio web de la Oficina de la Convención General.
- El FFM revisará el presupuesto basado en los comentarios de los miembros del Consejo, del PB&F y de toda la Iglesia, y tendrá listo un anteproyecto del presupuesto para someterlo a la consideración del Consejo durante su reunión del 22 al 24 de enero de 2018.
- Según las reglas conjuntas de la Convención General (II.10.c.ii), el Consejo debe entregarle su anteproyecto del presupuesto al PB&F no menos de cuatro meses antes del comienzo de la Convención General (esencialmente para febrero del año de la Convención). El PB&F se reunirá del 5 al 7 de febrero de 2018 para comenzar a trabajar en el anteproyecto del presupuesto.
- El anteproyecto del presupuesto del Consejo también se le da a conocer a la Iglesia.
- El PB&F se vale del anteproyecto del presupuesto y de cualquier legislación aprobada o sometida a la consideración de la Convención General para crear una propuesta presupuestaria final. Los comités legislativos de la Convención y el PB&F comenzarán reuniéndose en Austin, Texas, el 3 de julio de 2018, antes de la reunión del 5 al 13 de julio de la Convención en la ciudad capital de Texas. Habrá al menos una audiencia abierta, programada actualmente para la noche del 5 de julio.
- El presupuesto del PB&F debe presentarse a una sesión conjunta de las cámaras de Obispos y de Diputados a más tardar el tercer día antes del programado para la clausura de la Convención. Según el borrador del programa de la Convención, esa presentación ha de tener lugar a las 10:30 P.M. del 11 de julio (hora del Centro).
- Las dos cámaras luego debatirán y votarán el presupuesto por separado. Ambas cámaras deben aprobar la misma versión del presupuesto, que entrará en vigor a principios de 2019.
- El Consejo Ejecutivo elabora presupuestos anuales a partir del plan de gastos que la Convención General aprueba como presupuesto trienal. Normalmente, el Consejo ajusta cada uno de los tres presupuestos anuales en base a los cambiantes ingresos y egresos.
– La Rda. Mary Frances Schjonberg es jefa de redacción interina de Episcopal News Service. Traducción de Vicente Echerri.
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