Los Rdos. Joseph Harmon y John Mennell, diputados de la Diócesis de Newark, muestran sus iPads asignados en préstamo a todos los diputados y obispos para la reunión de la Convención General en Salt Lake City en 2015. Los mismas contienen una “carpeta virtual” que reemplaza electrónicamente a la mayoría de los sistemas de la Convención, hasta entonces impresos. Foto de Nina Nicholson/Diócesis de Newark.

[Episcopal News Service] Lo usual era que la Convención General llevara a cabo todas sus funciones legislativas en papel —aproximadamente 1,2 millones de hojas de papel. Ya no más.

Por segunda convención consecutiva, cuando cada diputado, diputado suplente y obispo llegue a Austin, Texas, para la 79ª. Convención General, recibirá en préstamo un iPad para usarlo como su “carpeta virtual”. Los iPads que se usarán durante la reunión del 5 al 13 de julio son más nuevos y veloces que los que la Convención General alquiló en 2015.

La última vez que los obispos y diputados usaron carpetas físicas para seguir el proceso legislativo de la Convención General fue en 2012 para la 77ª. reunión de la Convención. Foto de Julie Murray/Diócesis de Ohio Sur.

Reemplazar cada carpeta física con el sistema digital ahorrara el costo aproximado de 2.400 resmas de papel, las cuales ascienden a unas seis toneladas, más los gastos de copias. Los veteranos de la Convención recuerdan una carpeta que gradualmente se iba llenando con sus copias según progresaba la reunión, con frecuencia hasta el punto de que algunos usaban bolsas con ruedas para transportar sus carpetas. Se reservaba un tiempo en cada cámara para que los obispos y diputados actualizaran sus carpetas. Seguir el progreso de las resoluciones resultaba imposible para las personas que no asistían a la Convención. Ya no más.

Además, no sólo las funciones de la carpeta virtual se han mejorado y expandido para brindar un mayor acceso a través de la Iglesia, el sistema ha convertido a la Iglesia Episcopal y a la Convención General en un líder innovador en el terreno de monitorear legislación. Existe también la posibilidad de compartir y facilitar la arquitectura básica del sistema a otros grupos.

La carpeta virtual es una aplicación [app] que funciona en los iPads de obispos y diputados, y a la cual se puede tener acceso vía Internet. Los que carecen de un iPad de la Convención General pueden tener acceso a la versión online aquí. Esa última versión reproduce la app que funciona en los iPads y cambia junto con ella en tiempo real.

No importa cómo se accede a ella, la edición de 2015 de la Carpeta Virtual le permite a los usuarios  rastrear el desarrollo de las resoluciones de la Convención. Incluye también las agendas diarias de cada cámara, los calendarios para cada día y los diarios (una lista de mensajes intercamerales en que informan a la otra parte de las decisiones que se toman), calendarios e informes de comités . Contiene fichas para verificar las actividades actuales y las enmiendas del pleno en cada cámara.

La carpeta virtual para la 79ª. reunión de la Convención General incluye nuevas posibilidades de indagación y medios para seguir la legislación en ambas cámaras. Para pasar de una cámara a otra, o [del inglés] al español, basta hacer clic en el icono que aparece en la parte superior derecha. Foto de Mary Frances Schjonberg/ENS

Resumiendo, “esto es exactamente lo que los obispos y diputados están viendo en sus iPads”, dijo Twila Ríos —directora de los sistemas de información digital en la oficina de la Convención— a Episcopal News Service. Se replica en tiempo real, lo cual significa que hay una diferencia de nanosegundos entre lo que sale allí y lo que entra aquí —algo que los seres humanos no pueden registrar”.

“Lo más importante es que dentro de las restricciones presupuestarias, que es con lo que todo el mundo en la Iglesia tiene que operar, los nuevos dispositivos responden absolutamente a las interrogantes y las reacciones que hemos recibido después de la última Convención General”, dijo el Rdo. Michael Barlowe, director ejecutivo de la Convención General en una entrevista con ENS.

La edición de 2018 de la carpeta incluye estos importantes cambios:

  • Una función expandida de búsqueda de una resolución también le dará a los usuarios más información acerca del estatus de la resolución. Estarán disponibles informes sobres las decisiones respecto a cada resolución, así como información de cuando un comité o una cámara ha de considerar una resolución. Los textos de las resoluciones se actualizarán en la medida en que los comités o las cámaras les hagan cambios.
  • La única manera de saber lo que un comité legislativo estaba haciendo, consistía en encontrar el gran atril en un pasillo de la convención en el cual se anunciaba la agenda diaria de cada comité. Ese puesto seguirá funcionando en Austin, pero ahora esa información podrá buscarse en la carpeta virtual por comité, fecha o/y número de resolución. “Esperamos que funcionará muchísimo mejor que la última vez”, dijo Ríos. “También es dinámica”, añadió, explicando que cuando el presidente de un comité le informa a la Oficina de la Convención General acerca de una reunión que [el comité] quiere programar, uno de los muchos voluntarios ingresa la información en el sistema y la misma aparece inmediatamente en la carpeta virtual. Esos voluntarios también procesarán los cambios de las resoluciones en tiempo real.
  • Las comunicaciones de una cámara a la otra también se publicarán el la carpeta virtual. Además, los documentos basados en textos (diferentes de los PDFs) que se usen durante el debate o los anuncios en forma textual estarán disponibles en la carpeta.
  • La Constitución y los Cánones de la Iglesia también se incluirán en la carpeta. Los obispos y diputados con frecuencia necesitan hacer referencia a esas reglas y “es más fácil tenerlas allí mismo” que en un libro aparte o mediante el acceso a Internet, apuntó Ríos.

Versiones actuales de todas las resoluciones sometidas a la consideración de la Convención General se pueden consultar a través de la carpeta virtual. Foto de Mary Frances Schjonberg/ENS.

La carpeta virtual es la porción de cara al público de un sistema de múltiples faces conocido como el Sistema Online del Proceso Legislativo que la Oficina de la Convención General creó con la ayuda de E-accent , una empresa programadora, según explicó Ríos.

“No hay muchos programas legislativos. Existe una serie limitada de proveedores y un número limitado de clientes”, dijo ella, explicando que las entidades gubernamentales con los principales usuarios.

“Cuando saltamos a esto para 2015, no había mucho”.

La Oficina de la Convención General asumió “un gran riesgo que se vio recompensado” de hacer el cambio a los sistemas digitales en el período previo a la convención de 2015, dijo Barlowe. “Realmente inventamos esto. Nadie ha hecho nada semejante a esto en el mundo legislativo”.

E-accent “tomó nuestras ideas y creó esta cosa”, precisó él, llamando a su personal los arquitectos y a los que desarrollaron el programa los ingenieros.

La carpeta virtual y todos los otros sistemas que se combinan para hacer que la Convención funcione sin problemas exige muchísimo de ancho de banda y Barlowe dijo que el director de tecnología de la información de la Iglesia Episcopal, Darvin Darling, y su personal han ayudado a su oficina con algunos “medios innovadores [de manera] que podemos hacer más dentro del mismo ancho de banda”.

Tanto en Salt Palace in Salt Lake City, donde se reunió la Convención en 2015, como ahora en el Centro de Convenciones de Austin, el personal de apoyo técnico del edificio, dijo él “se fascinó también con lo que estábamos haciendo”.

“Es realmente un reconocimiento a la Iglesia Episcopal y a la Oficina de la Convención General que incluso en un lugar como Austin, el cual es tecnológicamente muy avanzado, los apasionados de la computación se han interesado en lo que hacemos”, dijo Barlowe, refiriéndose al evento anual de Austin South by Southwest .

La aplicación de la agenda virtual y sus sistemas conectados son también lo que Barlowe describió como un ejercicio en “programación ética”. Sus creadores no explotan a sus trabajadores y la Convención General cumple o incluso sobrepasa las reglas de privacidad estadounidenses y europeas.

“Es parte de nuestro trabajo pensar en estas cosas y actuar como uno esperaría que funcione una Iglesia, no sólo con las mínimas normas éticas, sino maximizando la manera en que manipulamos los datos  y la manera en que organizamos las cosas y el modo en que funcionamos digitalmente”, señaló.

“La esperanza a largo plazo” es que la Oficina de la Convención General pueda encontrar medios de compartir los sistemas con [las] diócesis y con otras denominaciones, apuntó Barlowe. Por ejemplo, ya ha habido conversaciones con la Iglesia Evangélica Luterana en América.

Si la Iglesia ha sido innovadora en [materia de] programas, también lleva la delantera en el tipo de equipos que la convención necesita. Cuando Ríos estaba buscando alquilar 1.200 tabletas antes de la convención de 2015 para los miembros de ambas cámaras, además del personal administrativo que las necesitaría, descubrió que era un pedido inusual. También resultó inusual  su solicitud de que los iPads tuviesen una “visualización personalizada” con las aplicaciones de la Convención General.

“Fuimos una novedad para los proveedores”, dijo ella.

En efecto, el proveedor, Meeting Tomorrow, ahora usa la idea de los iPads con “visualización personalizada” como parte de su discurso de venta. Y E-accent, que tendrá personal en la Convención General, usa su trabajo para la Iglesia Episcopal como una exhibición de su negocio.

Los sistemas, dijo Ríos, se están refinando y actualizado constantemente. “Es una labor en progreso”, afirmó.

El objetivo de esa labor es “tratar de perfeccionar los medios en que podemos proporcionar la información,  hacerla más susceptible de consultar”, explicó. “Existen limitaciones y yo siempre estoy intentando sortear las limitaciones y ayudar a hacer esto mejor, de manera que la gente pueda encontrar la información que necesita”.

La aplicación móvil de la Convención General funciona en EventMobi. Foto de Mary Frances Schjonberg/ENS.

Algunas limitaciones son económicas, y algunas son tecnológicas, dijeron ella y Barlowe. Por ejemplo, algunas personas pidieron que obispos y diputados individuales pudieran intercambiarse mensajes desde sus iPads. Añadir la infraestructura para responder a esa solicitud, “estaba más allá de nuestra capacidad económica”,  dijo él.

Otra manera digital de estar al tanto de la Convención

Una aplicación [app] gratuita de la Convención General está al alcance de cualquiera que use un teléfono inteligente o una tableta que incluya Android 4,4 o IOS 8.0 o posterior. La app contiene horarios de la Convención General, mapas, información de proveedores, órdenes de servicios religiosos diarios y otros materiales útiles. (órdenes completos del oficio eucarístico diario también se incluyen en esta app. como en el iPad, eliminando así la necesidad de imprimir diariamente cientos de folletos  para el culto).

Descargue la app. aquí o de la App Store o de Google Play, y luego ingrese el código 79GC cuando se lo pidan. La app también puede usarse en una computadora. Ese enlace se encuentra aquí.

– La Rda. Mary Frances Schjonberg es jefa de redacción y reportera de Episcopal News Service.  Traducción de Vicente Echerri.

 

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[Episcopal News Service – General Convention 2018]