El obispo primado Michael Curry se dirige a la sesión conjunta de apertura de la 79ª. Convención General en Austin, Texas, el 4 de julio de 2018. Foto de Sharon Tillman/ENS.

[Episcopal News Service – Austin, Texas] Los principales dirigentes de la Iglesia Episcopal expresaron una entusiasta bienvenida a los centenares de obispos y diputados que se han reunido en la capital de Texas esta semana para la 79ª. Convención General.

La completa cobertura de 79ª. reunión de la Convención General puede encontrarse aquí.

Los discursos del obispo primado Michael Curry y de la Rda. Gay Clark Jennings, presidente de la Cámara de Diputados, duraron unos 20 minutos cada uno y sentaron la pauta para  los 10 días de actividad en el Centro de Convenciones de Austin y en los hoteles vecinos. Los comités empezaron a celebrar sus audiencias en las primeras horas del día sobre algunas resoluciones, aunque las sesiones legislativas no comienzan oficialmente hasta el 5 de julio.

Las intervenciones de Curry y Jennings resaltaron la labor de la Iglesia en los últimos tres años al tiempo que se refirieron directamente  a acontecimientos actuales que han suscitado la respuesta de la Iglesia y que se discutirán en la Convención General, en particular la inmigración y la llamada política de “tolerancia cero” del gobierno de Trump sobre la seguridad fronteriza.

“He visto a los episcopales apoyar a otros a los que nadie más apoyaba”, dijo Curry. “He visto a los episcopales apoyar a los inmigrantes. Nos hemos visto apoyando a los refugiados. Nos hemos visto defendiendo la justicia, no en nombre de valores seculares, sino en el nombre de Jesucristo, en nombre del amor”.

Jennings instó a los episcopales reunidos en el gran salón de convenciones a no permitirse permanecer cómodos en sus puestos de relativo privilegio cuando otros sufren. Ella marcó el rumbo con una lectura del Deuteronomio: Dios “muestra su amor por el extranjero, proveyéndole ropa y alimentos. Así mismo debes tú mostrar amor por los extranjeros, porque también tú fuiste extranjero en Egipto”.

“En este día, cuando algunos de nosotros acaso nos inclinamos a sentirnos en casa en Estados Unidos, la Biblia nos dice que no nos sintamos tan cómodos”, dijo Jennings. “Una vez fuimos extranjeros. Es posible que podamos ser de nuevo extranjeros algún día”.

El discurso de apertura de Jennings puede encontrarse en su totalidad aquí.

El énfasis en la inmigración y en la acogida a los refugiados coincide con planes de obispos y diputados de trasladarse el 8 de julio, después del culto dominical, a un centro de detención de inmigración a unos 40 minutos de Austin para celebrar allí un oficio de oración. La Convención General ha remitido hasta ahora 10 resoluciones a sus comités sobre el tema de la inmigración, y más podrían añadirse antes de la fecha límite de presentación el 6 de julio.

La Resolución A178 demanda específicamente el fin de las políticas federales que separan a los niños migrantes de sus padres. El presidente Donald Trump, después de enfrentar una intensa presión por las separaciones de familias, firmó un decreto ejecutivo en junio para mantener a las familias migrantes juntas en centros de detención, aunque quedan interrogantes sobre cómo este cambio de política se va a llevar a cabo y cómo se reunirán las familias separadas.

Jennings and Curry

En la reunión de bienvenida, el 4 de julio, a la 79ª. Convención General de la Iglesia Episcopal, la Rda. Gay Clark Jennings, presidente de la Cámara de Diputados, y el obispo primado Michael Curry se dirigieron a los obispos y diputados. Foto de Sharon Tillman/ENS.

“No podemos perder de vista a los padres y los niños en la frontera que han sido separados por nuestro gobierno”, dijo Jennings al instar a los obispos y diputados a tomar en serio las resoluciones sobre inmigración. “Debemos estar lo suficientemente incómodos para recordar que estos son problemas de vida o muerte”.

El tema de la inmigración también tuvo gran importancia en una conferencia de prensa que habían tenido antes ese día Curry, Jennings y el Rdo. Michael Barlowe, director ejecutivo de la Iglesia y secretario de la Convención General.

Jennings esperaba que la Convención General ofrecería una “alternativa a una interpretación perversa y vengativa de lo que significa ser cristiano”. La referencia de Curry al [libro de] Génesis subraya que la Iglesia está basando su defensa social en la Escritura.

“Partimos de la premisa que … todas las personas son creadas a imagen y semejanza de Dios”, dijo Curry. “Debemos estructurar nuestros acuerdos y estructurar nuestras vidas de tal manera que respetemos la dignidad de todo ser humano”.

A Curry le preguntaron también sobre su sermón en la boda real en mayo y qué efecto duradero podría tener en el éxito de la Iglesia en la evangelización.

“Lo que realmente hice fue orar… en primer lugar, no quería hacer un estropicio. Esa era una congregación bastante grande”, dijo él. “Pero en segundo lugar, que pudiera realmente decir algo que representara las buenas nuevas de Jesucristo. En nuestra cultura, hay versiones y representaciones que no se parecen para nada a Jesús”.

Unas 10.000 personas se espera que estén en Austin en algún momento de esta y la próxima semana para la Convención General, ya sean obispos, diputados, empleados de la Iglesia, voluntarios, expositores u otros interesados en participar de alguna manera en las conversaciones que se tienen lugar. El punto central de las dos semanas será una reunión de avivamiento el 7 de julio en el Centro de Actividades Palmer, en el cual Curry predicará, seguido por una parrillada ofrecida por la Diócesis de Texas.

El entusiasmo que despierta esta Convención General parte de muchas fuentes, desde la reputación de Curry como el carismático “director general de evangelización” de la Iglesia hasta el acalorado debate sobre asuntos que van desde la actualización del libro de oración hasta la política hacia Israel y Palestina. Se ha hablado mucho también acerca del modo en que la Iglesia debe responder a preocupaciones provocadas por el movimiento #MeToo sobre el acoso y el abuso sexuales en la sociedad y en la Iglesia, y la Cámara de Obispos celebra una sesión de escucha sobre esos temas en la noche del 4 de julio.

“Sobreabunda la energía al tiempo de comenzar la Convención General, y hay una atmósfera de esperanza”, dijo Jennings en la conferencia de prensa de la mañana.

Esa energía colmaba el salón de la Convención en la tarde mientras Curry tronaba en su “presentación” de bienvenida —“esto no es un sermón”[afirmó] ante algunas risas cómplices— y los ascensos y descensos de su voz resonaban en las paredes. Los obispos y diputados con sus diputaciones estaban sentados junto a los postes con los nombres de sus diócesis, semejante a la convención de un partido político.

Convention hall

Obispos y diputados reunidos el 4 de julio con sus diputaciones diocesanas para los discursos de apertura en el salón de la Convención en Austin, Texas,  Foto de Sharon Tillman/ENS.

Curry comenzó con una extensa metáfora en torno a Starbucks, sugiriendo que una Iglesia Episcopal que olvida sus raíces es como si una cadena de cafeterías se olvidara de que lo suyo es el café, no los quesos u otros productos alimentarios. “Mis hermanos y hermanas, no estamos en el negocio de hacer quesos, estamos en el negocio del café, y el nombre de ese café es Jesús de Nazaret”.

Pero fue su referencia a la fiesta del Día de la Independencia y a los orígenes del “Himno de batalla de la República”  lo que proporciono un motivo más profundo para expresar la manera en que la Iglesia Episcopal avanza en el servicio del Señor.

“He visto el Movimiento de Jesús entre nosotros en la Iglesia”, afirmó Curry, citando los empeños de socorro de los episcopales después que los huracanes azotaran Puerto Rico, las Islas Vírgenes, Florida y Texas. Dijo que él vio cómo los episcopales estuvieron junto con otros cristianos contra los grupos de odio que desfilaron en Charlottesville, Virginia. Dijo verlo en los episcopales que se concentraron detrás de los sioux de Roca Enhiesta [Standing Rock] cuando buscaban proteger su agua potable [del paso] de un oleoducto.

“La verdad de Dios, este movimiento, está en marcha”, afirmó él.

Jennings inició sus palabras aludiendo a la popularidad de los sermones de Curry y bromeando de que ella ocupara “lo que es ampliamente reconocido como una de las tribunas menos codiciadas de toda la cristiandad, la de la persona que viene después de Michael Curry”.

Jennings, también, le habló convincentemente al público de su deber de seguir el camino de Jesús.

“Estamos emprendiendo una ardua y santa tarea en los próximos 10 días. Vamos a hablar de algunos de los problemas más cercanos a nuestro corazón”, dijo ella. Hagamos nuestra labor como extranjeros y forasteros que se dirigen al reino de Dios”.

Entre los otros oradores en el acto de bienvenida estaban Lisa Towle, presidente nacional de las Mujeres Episcopales, y Mary Kate Wold, presidente del Grupo de Pensiones de la Iglesia. Barlowe fungió de maestro de ceremonias.

“Estamos encantados de estar en la Diócesis de Texas”, dijo Barlowe, una opinión que, con ligeras variaciones, él ha repetido con frecuencia esta semana. “Ustedes nos han recibido con la legendaria hospitalidad de Texas”.

Barlowe presentó a C. Andrew Doyle, obispo de la Diócesis de Texas, quien dijo que los episcopales de Texas se sienten orgullosos de apoyar a la Iglesia en los temas fronterizos y contra la epidemia de violencia armada en el país. Y Doyle mencionó que Houston, Texas, fue la sede de la Convención General en 1970, cuando a las mujeres se les permitió por primera vez que sirvieran como diputadas.

Doyle también  le dio a la Convención una muestra de cómo Texas define su pertenencia al Movimiento de Jesús.

“Texas es grande, y sobre cualquier cosa que ustedes tengan que contarnos, vamos a oírlos cortésmente y luego les diremos que hay otra más grande, más ancha, más fuerte, más extraña, más rara o curiosa que cualquiera que ustedes tengan”, afirmó él. A los texanos les encanta concebir ideas enloquecidas y grandes como el Movimiento de Jesús, y nos alegra ser parte de la grandísima Iglesia Episcopal”

– David Paulsen es editor y reportero de Episcopal News Service. Pueden dirigirse a él en at dpaulsen@episcopalchurch.org. Traducción de Vicente Echerri.

 

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